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viernes, 11 de marzo de 2011

El resurgir de la hipnosis



"Cierra los ojos, te pesan los párpados". Si a esta frase le añadimos la imagen de un péndulo, obtenemos la percepción más extendida de la hipnosis. Los espectáculos televisivos de magia muestran a personas en trance que siguen como autómatas los dictados de un hipnotizador y son capaces de comerse una cebolla cruda convencidos de que es una manzana.

Quienes practican esta técnica de forma seria tienen que luchar continuamente contra la imagen estereotipada que la sitúa en el ámbito de las pseudociencias. Lo cierto es que no se trata de un método nuevo; al contrario, es una de las armas terapéuticas más antiguas: el poder de la sugestión. No es ningún encantamiento, sino una técnica psicológica que sirve como complemento de otros tratamientos pero no cura ninguna enfermedad.

Uno de los ámbitos en los que ha mostrado mayor utilidad es el del dolor. Precisamente, el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, sus siglas en inglés) acaba de anunciar la puesta en marcha de uno de los estudios más amplios sobre hipnosis clínica. El objetivo es evaluar si esta técnica ayuda a 800 madres primerizas a dar a luz con menos molestias y reduciendo la cantidad de analgesia que precisan, lo que contribuiría a aligerar el coste para las arcas públicas.

En este caso, la novedad está únicamente en la magnitud del ensayo, ya que la idea de utilizar este método para reducir el dolor del parto es muy antigua. De hecho, Santiago Ramón y Cajal relató, en un artículo publicado en 1889 en Gaceta Médica Catalana, cómo sometió a su esposa Silveria a hipnosis en el nacimiento de sus dos últimos hijos. "Dos fenómenos llamaron nuestra atención: la extrema rapidez del parto y la disminución considerable del dolor, manifestación subjetiva de las contracciones", escribió el premio Nobel. Muchas cosas han cambiado desde entonces, pero la comunidad científica aún no ha llegado a una conclusión definitiva. La sanidad pública española no recoge la hipnosis entre sus prestaciones, aunque unos pocos especialistas la practican en hospitales públicos con el beneplácito de sus compañeros.

Útil en el parto
El control del dolor durante el parto es una de las aplicaciones de la hipnosis que goza de mayor aval científico. De hecho, su utilidad ha sido reconocida por la Colaboración Cochrane, organización que se encarga de realizar revisiones sistemáticas sobre la eficacia de las terapias. También ha demostrado su utilidad en otros tipos de dolor, ya que este es el ámbito que más se ha estudiado. Otras áreas, como la depresión, los trastornos del sueño, el tabaquismo, la obesidad o el asma, no cuentan con tanta evidencia acumulada, pero esto no significa necesariamente que la hipnosis falle, sino que deben ser objeto de mayor investigación.

Profesionales de distintos ámbitos han relatado a ELMUNDO.es su experiencia. M. Elena Mendoza, doctora en Psicología y vocal de la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada, investiga el Modelo de Valencia de Hipnosis Despierta desarrollado por el catedrático de Psicología de la Universidad de Valencia Antonio Capafons. "La hipnosis se utiliza como una técnica coadyuvante a las intervenciones médicas y psicológicas y ha mostrado su eficacia y eficiencia en diversas áreas. No es un tratamiento en sí mismo, pues en los estudios realizados no se ha encontrado evidencia significativa sobre su eficacia si se utiliza sola", aclara la experta.

Cuando se encuentra cara a cara con un paciente, lo primero que hace es aclararle los mitos que aún existen. "La hipnosis no es peligrosa, pero sí pueden serlo las creencias erróneas que existen sobre ella", apunta. Está desaconsejado utilizarla –porque no existe evidencia de que funcione y puede producir efectos no deseados– como vía para hacer regresiones a vidas pasadas ni para incrementar el recuerdo. También cuenta que esta técnica "fomenta el autocontrol, no pone a la persona a las órdenes del terapeuta".


El usuario está consciente y no hace nada contra su propia voluntad. "Simplemente, la hipnosis potencia y activa sus recursos", señala la doctora Mendoza. El objetivo no es inducir un trance, sino aplicar "sugestiones terapéuticas" que ayuden a la persona a hacer frente a su problema (manejo del dolor, dejar de fumar, superar la ansiedad...). Por ejemplo, se le puede sugerir que "reproduzca sensaciones de frío y/o entumecimiento en la zona donde le duele". Su dolor no desaparecerá del todo, pero puede aliviarse.

Hay mil formas de hacer que el paciente sienta menos dolor. Antoni Castel, psicólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Tarragona Joan XXIII, cita otro ejemplo: "Podemos utilizar la idea de un líquido que va entrando en su cuerpo y calmando el malestar". Y para comprobar que realmente se produce un alivio, antes y después de este ejercicio se mide la intensidad del dolor.

Castel pertenece a uno de los escasos –si no el único– centros públicos que cuentan con una larga trayectoria en el uso de la hipnosis. El resto de experiencias en la sanidad española dependen de las circunstancias de cada departamento. Si da la casualidad de que un profesional de un determinado servicio quiere emplear la hipnosis y sus jefes se lo permiten, entonces se ofrece a los pacientes como una alternativa más.

Crece la investigación
En este sentido, Castel precisa que en su unidad, tal y como ocurre en el resto de Europa y en Estados Unidos, "quienes se interesan por este método no son del mundo de la hipnosis, sino del dolor, y suelen pertenecer a universidades importantes". Reconoce que aún existe un cierto recelo, pero en los últimos años se ha incrementado la investigación en este ámbito. En su opinión, la clave está en que "las técnicas psicológicas funcionan mucho mejor cuando se utiliza la hipnosis".

Él lo ha comprobado en el tratamiento de la fibromialgia –que se caracteriza principalmente por el dolor generalizado–, y así lo ha puesto de manifiesto en los estudios que ha publicado en revistas de prestigio, como el European Journal of Pain. Cuando se añade al tratamiento cognitivo-conductual, se produce una disminución superior de la intensidad del dolor, mejora el sueño y los afectados se sienten capaces de realizar más actividades en su vida cotidiana. No se elimina la utilización de fármacos, pero se reduce el consumo.

El equipo de Castel enseña al paciente a hacer autohipnosis, con el fin de «que quienes sufren dolor crónico tengan recursos para manejarlo ellos mismos cuando tienen una crisis y no tengan que acudir constantemente a la unidad". El psicólogo detecta una aceptación creciente por parte de los pacientes, pero también entre otros profesionales. "Lo veo en los cursos en los que participo; va habiendo un mayor interés", asegura.

Los psicólogos no son los únicos que se han adentrado en esta técnica. También hay médicos que exploran su potencial, como César García, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo y vicepresidente de la Asociación Española de Hipnosis, quien actualmente la aplica sobre todo como ayuda para dejar de fumar, pero también la ha empleado como complemento durante el parto. "Lo que conseguimos es elevar el umbral del dolor, de forma que sólo resulten dolorosas las contracciones con mucha potencia", explica.

Se trata de un efecto psicológico y, en gran medida, cultural. De hecho, "algunas civilizaciones tienen una percepción del dolor muy distinta a la nuestra". La vivencia de cada persona juega un gran papel. Así, según García, "muchas veces, cuando crees que algo te va a doler, te duele". De la misma manera, uno se puede autoconvencer de que algo ha dejado de molestarle.

Sin certezas
Ahora bien, no todo el mundo es sugestionable en la misma medida y hay personas en las que estas técnicas carecen de efecto. García reconoce que el terapeuta no puede saber con certeza si el sujeto al que está tratando ha entrado en estado de hipnosis. Esto se debe a que no deja de estar consciente. Lo que se logra es que el paciente centre toda su atención en un punto, es decir, una focalización sensorial.

Así lo entienden también muchos profesionales sanitarios ajenos al mundo de la hipnosis que no la rechazan, pero hacen hincapié en sus limitaciones. "Es útil para el dolor, pero no está claro que sea especialmente eficaz", declara Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. José Ramón González Escalada, secretario general del Sociedad Española del Dolor, asegura que la mayoría de los médicos de su entorno están abiertos a esta y a otras opciones, pero exigen "que tengan evidencias científicas suficientes".

(FUENTE: analitica.com)

sábado, 5 de marzo de 2011

Argentinos ensayan con hipnosis como terapia sexual


Sin un reloj balanceándose de un lado a otro, o la necesidad de una persona con rostro místico y voz profunda que diga "te estás sintiendo muy cansado…duérmete", la hipnosis parece popularizarse en Argentina como herramienta para lograr placer sexual.

La técnica se conoce como la hipnosis erótica y es utilizada en algunos países como un recurso para lograr lo más parecido a una experiencia sexual sin contacto físico. También, en el aspecto clínico, para ayudar a quienes sufran de alguna disfunción sexual.

"La hipnosis erótica está ahora de moda y eso lo vemos por el interés que ha venido despertando en publicaciones especializadas o el periodismo", señaló a BBC Mundo Carlos Malvezzi Taboada, psicólogo clínico, del Instituto Gubel, en Buenos Aires.

Según explica el terapeuta, el reloj para hipnotizar que se ve en las películas es ficción. La técnica es una modalidad comunicacional donde el especialista, mediante la palabra lleva a la persona a un estado de meditación profunda donde su capacidad de percepción es más intensa.

"Pero la persona sabe permanentemente quién es y nunca pierde consciencia", aclara.

Para Malvezzi, en la clínica donde trabaja, el uso de la hipnosis no tiene como objetivo exacerbar el estímulo erótico, sino más bien ayudar a quien sufra de una disfunción sexual.

"Se guía a la persona y se le propone un relato erótico en medio de un estado de distensión en que la persona está más receptora. Eso permite la apertura de ciertas áreas que sucumbirían a la represión en estado de vigilia".

Por ejemplo, relata el terapeuta, cuando una paciente que sufre de anorgasmia (inhibición del orgasmo) está sumergida en un estado de relajación profunda, "posiblemente le comente cómo es su heladera, y si necesita descongelamiento. Apelaría a una comida, donde se puede elegir una entrada, un primer plato, disfrutar de un postre. Es decir, vivir las diferentes etapas del encuentro sexual de manera más metafórica, con la expectativa de cambio".

Si es un hombre con problemas de disfunción eréctil –"algo que es normal y le pasa a todos en algún momento", dice Malvezzi-, el especialista busca evocar momentos de satisfacción y recuerdos de experiencias placenteras para que en el estado de hipnosis la persona vuelva a sentirse capaz y reduzca su angustia que le imposibilita.

El escepticismo y el amor
La efectividad de la hipnosis como técnica de ayuda o instrumento de placer, tiene seguidores y detractores.

"Hay una cierta exageración en el uso de la hipnosis clínica para atender los problemas sexuales. Sí se usa, pero alternada con otros procedimientos que forman parte de la terapia sexual", aseguró a BBC Mundo el sexólogo y docente en el área de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Juan Carlos Kusnetzoff.

"Depende mucho también de la habilidad del profesional y la capacidad de reacción del paciente, ya que no todas las personas son hipnótico-sensibles. Eso apenas lo alcanza un porcentaje pequeño de toda la población sobre la que uno actúa", afirmó.

"Y en su promoción entra el elemento del mercadeo del profesional que efectúa la técnica que generalizan sus resultados. Entonces el público cree que todos pueden alcanzar ese estado maravilloso", añadió.

A simple vista es difícil determinar con exactitud si una persona se encuentra en un estado de meditación profunda que califique como hipnosis.

Los especialistas del área explican que es necesario hacerle al paciente una tomografía de emisión de positrones para medir los flujos sanguíneos en la corteza cerebral donde se puede constatar empíricamente.

Igualmente, los expertos creen que la hipnosis es un estado en que el ser humano puede entrar sin siquiera darse cuenta, o la necesidad de un guía. Incluso en lo que se refiere al erotismo.

"A mi juicio quien ha podido aplicar o explicar bien el fenómeno hipnótico con cosas relacionadas con la vida sexual es (Sigmund) Freud (llamado el padre del psicoanálisis)", indicó Kusnetzoff.

Por ejemplo, "el estado de enamoramiento en realidad es una hipnosis, que uno no lo diga así no le resta absolutamente nada desde el punto de vista del postulado teórico. Es un fenómeno hipnótico entre dos personas".

Riesgos
"Parecería que de algún modo ahora se extiende la técnica. Hay (cada vez más) personas dispuestas a que una figura externa, o un guía, los erotice a través de la palabra", asegura Malvezzi.

Sobre todo en Estados Unidos, existe una oferta de libros y material audiovisual para que la persona se sumerja sin ayuda en la hipnosis erótica. También están los consultorios no profesionales que ofrecen dicho servicio, lo cual, predeciblemente, preocupa a los médicos.

"En Argentina, como en la mayoría de los países de América Latina la hipnosis sólo la pueden llevar a cabo médicos", dice el especialista del Instituto Gubel.

Los riesgos latentes, de acuerdo a los expertos, es que el paciente entre en un estado tan profundo que no pueda salir. "Como una hibernación", apunta Malvezzi.

(FUENTE: bbc.co.uk)

miércoles, 2 de marzo de 2011

Bienvenidos a la tienda hipnótica: entren,... entren,... entren,...



Casi todas las tiendas ponen en práctica una serie de estrategias para atraer a los clientes. Desde colores vistosos en las vidrieras hasta espejos que nos hacen ver más delgados de lo que somos.

Sin embargo en Londres, una casa de prendas de diseño se ha atrevido a ir aún más lejos: transformaron el local con una instalación de ruedas giratorias y mensajes subliminales, para que nadie se vaya de allí con las manos vacías.

Vea en este video de BBC Mundo cómo influyen las técnicas de hipnosis en nuestros hábitos de consumo.

(FUENTE: bbc.co.uk)
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